Estos son todos los secretos del cuckolding

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¿Una infidelidad supone el fin de la relación? Para muchas personas la respuesta está clara, si. Pero para otros tantos como los cuckolding, todo cambia. Algo que hace unos años parecía completamente impensable ni aceptable. Ahora es algo que cada vez más personas prueban. El cuckolding es un pacto explícito entre ambos componentes de la pareja. Entre los que especifican cómo la mujer normalmente tiene “permiso” para tener relaciones con otros hombres. Todo puede suceder bajo la atenta mirada del novio en cuestión o sin ella. ¿Por qué lo hacen entonces? ¿Puro morbo?

Esto es porque disfrutan cuando sucede y ambos están de acuerdo. Y es que cada vez son más los que exploran su sexualidad y amplían horizontes encontrando el placer en diferentes.

Cuckolding versus voyeur

Aunque aún existe mucho debate, el cuckolding es un fetiche. Por el cual, el hombre encuentra una mayor excitación cuando observando o escuchando cómo su mujer disfruta manteniendo sexo con otros hombres. 

Algunos afirman que se trata de una forma oculta de bisexualidad. Como una excusa para poder ver a otros hombres tener relaciones en directo. Aunque la opción de hacer un trio, en el caso de ser bisexual, sería más interesante. Esto es, porque permite interactuar entre las tres personas.

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Ya que en el caso de ser un hombre cuckold se refiere solo a mirar cómo disfruta su pareja o escuchar de su boca lo bien que lo ha pasado y todo lo que ha hecho. Se trata de aventuras escogidas, permitidas y consensuadas por ambos.

También es importante diferenciar con otra práctica sexual conocida como voyeur. La diferencia con esta, es, principalmente que se trata de la pareja. En el voyeurismo se encuentra placer y excitación al mirar a personas desconocidas teniendo sexo. Mientras que el cuckolding es viendo, escuchando o sabiendo que la novia, en este caso tiene orgasmos con más personas.

¿Cómo disfrutar del cuckolding?

En este tipo de práctica sexual y fetiche, participan, al menos tres personas. El hombre cuckold o cornudo, la hotwife y el último que sería el amante. Por lo que para poder disfrutar el cuckolding tranquilamente todas las partes deben estar de acuerdo.

Por un lado, la pareja tiene que tener confianza y comprensión. Estar seguros de que ambos desean que suceda y que no afectará a los sentimientos que tienen entre ellos. Se trata de solo sexo.

El cuckold se limita a observa a su pareja o a esperar a que ella le relate con detalle el relato erótico de su experiencia. Mientras ella, de esta manera, tiene “permiso” para tener sexo con otros hombres delante de su pareja o sabiendo que él lo sabe.

Es por este tipo de situación que no todo el mundo está preparado para llevar una relación así. Existen muchos que son infieles directamente pero no con el mismo objetivo. El secreto del cuckolding es que todas las partes de la pareja sean conocedoras y decidan cómo, cuándo y con quién. 

Para ello es muy importante también la comunicación y tener claro, la propia sexualidad. Dejar las posibles vergüenzas y tabúes atrás. Tener definidos los sentimientos, así como los límites y hasta qué punto se está dispuesto a experimentar tanto con la pareja como con el amante. 

Quizás no es necesario un contrato por escrito como en 50 sombras de Grey pero sí un mínimo acuerdo. Existen incluso comunidades y foros donde encontrar personas que disfrutan de este tipo de fetiche. Incluso en el buscador de Skokka se pueden encontrar anuncios.

Nuevo concepto de relación

El cuckolding es un fetiche que realmente solo pueden disfrutar plenamente las parejas estables. Nada que ver con los swingers (intercambio de parejas), poliamor, ni relaciones abiertas. Simplemente son dos adultos que se aman pero que disfrutan del sexo. Uno de mirar o escuchar cómo lo pasó y lo que hizo su novia o mujer en otra relación sexual. Mientras él se excita escuchando o viendo recreando la situación.

Pero ambos tienen claro que se trata de eso, solo sexo. De la misma manera que el resto de personas que se involucran en esta relación de forma física. Ya que a muchos hombres puede resultarles incómodos tener al novio de ella ahí mirando mientras están en plena acción.

Por lo que se trata de una manera de obtener e intensificar el placer. Más allá de querer darle un toque picante a la relación de pareja. Es algo sobre lo que hay que hablar y estar seguros de querer experimentar. Porque puede resultar muy divertido, pero nadie desea que por ella se pierda una pareja viéndose entremezclados sentimientos. 
Aunque muchos lo definen como puro morbo y excitación puede también ayudar a profundizar el vínculo con la pareja. Aumenta los orgasmos, pero también la confianza, la comodidad y la desinhibición de uno mismo y con el novio y la novia. Pero antes de ello hay que estar 100% seguros de qué se desea, cómo y con quién para poder dar rienda suelta a la sexualidad y el éxtasis del placer viendo cómo la pareja disfruta o siendo consciente de que él está ahí y puede ver cómo se gime y grita en brazos de otro, con lo “prohibido”.

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