Afortunadamente, los tiempos en los que las relaciones sexuales se centraban sobre todo en el placer masculino, ya han pasado. Estimular el punto G… antiguamente no se sabía lo que significaba. Desde hace algún tiempo, se nota una mayor dedicación de todos los implicados en la relación sexual, a la exploración de los mil matices de la misma, lo cual es maravilloso.
Al fin y al cabo, hoy en día, no falta información, aparatos, juguetes sexuales, libros eróticos y todo lo que uno pueda desear e imaginar para favorecer la búsqueda del placer.
Sin embargo, todavía pueden surgir muchas dudas cuando el tema es la exploración del placer femenino. Según los especialistas, ellas son mucho más sensoriales e imaginativas que los hombres, lo que puede hacer que necesiten una estimulación adicional para alcanzar el clímax.
En esta búsqueda del sexo perfecto, o al menos del placer ideal, el famoso punto G de las mujeres entra en cuestión. Pero, ¿qué es esto? ¿Dónde se encuentra? ¿Cómo disfrutarlo al máximo?
Aunque parezca un tópico ya muy discutido, aún hay mucha gente que tiene dudas. A menudo, por vergüenza o por miedo a que les juzguen. Temen preguntar, por lo que acaban sin poder aclarar todas sus dudas. O, lo que es peor, sin poder hacer disfrutar plenamente a sus parejas sexuales.
También es cierto que, con la facilidad existente hoy en día para obtener placer, muchas personas acaban optando por la recompensa más rápida. En lugar de por la implicación y el conocimiento de su propio cuerpo, o el de los demás.
Pero cómo sabemos lo importante que es tener una vida sexual activa y feliz, ya sea por la salud física y mental, por el alivio del estrés o por la liberación de las hormonas de la felicidad durante el orgasmo, a continuación, hablaremos sobre el punto g femenino.
¿Qué es el punto G?
Descubierto en 1950 por el médico alemán Ernst Gräfenberg (de ahí la expresión “punto G”). Se refiere a la zona erógena que se encuentra en el interior de la vagina, capaz de suscitar un profundo placer en la mujer.
¿Dónde encontrarlo?
Cada cuerpo es diferente y, por lo tanto, es prácticamente imposible decir exactamente dónde se encuentra esta zona erógena. Por eso es tan importante el autoconocimiento, experimentando, tocando y practicando cada movimiento y la estimulación que se produce en el cuerpo con él.
Sin embargo, antes de empezar la autoexploración, es importante asegurarse de que se está excitada. ¿Por qué? Porque al estar más relajada, la zona se vuelve más sensible al tacto, lo que facilita el reconocimiento de la zona clave. No es necesario introducir el dedo muy profundamente para encontrar el punto G. A menos que lo disfrutes, porque el punto G suele estar entre 2 y 3 centímetros después de la entrada vaginal.
Cómo encontrar el punto G y disfrutarlo
Cada mujer es un mundo diferente. Pero la búsqueda de respuestas a partir de su propio cuerpo no tiene por qué ser aburrida. Al contrario. Con la masturbación, el uso de vibradores, succionadores de clítoris y todos esos aparatos que existen hoy en día, seguramente será un viaje divertido.
Consejos para estimularlo
Antes que nada, para encontrar el punto G, es necesario introducir el dedo índice en la vagina con la palma de la mano hacia arriba.Tras lo cual, con ese mismo dedo hay que explorar la zona por completo después de los primeros 4 cm . Según los especialistas, el punto G existe en todas las mujeres, lo que ocurre es que no todas lo encuentran o se estimulan de la manera adecuada.
Por lo tanto, la masturbación, es el mayor aliado en esta búsqueda del punto de placer intenso. Tocarse, liberarse de cualquier pensamiento contrario y dedicarse a la búsqueda del clímax.
Son muchos los beneficios de estimular el punto G y las demás zonas erógenas. En la mayoría de ocasiones no se cumple aquello de que sólo con la estimulación vaginal se «hace» todo el trabajo.
Es importante ampliar horizontes. Apostar por los pezones, los mimos en la espalda, los besos en la ingle o, por qué no, la estimulación anal. Todo esto hará que la búsqueda del punto G sea mucho más fácil y placentera.
También se puede utilizar contenido para adultos, más allá de la pornografía tradicional. Como por ejemplo, la lectura de una historia erótica, encender algunas velas aromáticas mientras se fantasea con algo o alguien…
Muchas personas describen este orgasmo como más intenso y sentimental que el orgasmo clitoriano. Además, si no se alcanza, pero una se divierte por el camino, habrá merecido la pena igualmente. Al fin y al cabo, disfrutar de este tipo de deleite es cuidar de uno mismo, quererse y darse muchos caprichos. Conociendo el propio placer y llevando las relaciones sexuales a solas o en compañía a otro nivel.