Que el sexo es una actividad placentera ya es algo ampliamente conocido. Y no podía ser de otra manera, ya que mantener relaciones sexuales aporta muchos beneficios a las personas. Pero, por otro lado, también hay que pensar en las lesiones sexuales.
El sexo reduce el estrés, proporciona bienestar e incluso mejora la viscosidad de la piel. ¿Cómo? Es sencillo… Al practicarlo, se activa el sistema de recompensa cerebral, responsable de producir esa sensación intensa de placer, y con ello se liberan también las hormonas de la felicidad, que como su nombre indica, son las responsables de esta sensación.
Los estudios demuestran que las personas que tienen una vida sexual activa son más felices y tienen menos probabilidades de desarrollar ciertos tipos de enfermedades, como las coronarias, por ejemplo. Además, también se ha demostrado que las parejas que mantienen relaciones sexuales con frecuencia tienden a permanecer juntas más tiempo.
Sin embargo, aunque nadie debe renunciar al placer, hay que tener un poco de cuidado. Esto es porque el calor y pasión propias del momento pueden llevar a menudo a las personas a descuidar su cuerpo y ser susceptibles de sufrir lesiones.
Como cualquier actividad física, la práctica sexual implica la preparación a nivel físico de los implicados y dependiendo del lugar, la intensidad, o incluso de factores externos a la pareja, puede provocar lesiones sexuales en distintas partes del cuerpo.
¿Cuáles son las más comunes durante el sexo?
1) Rozaduras e irritaciones en la piel
¿Quién no ha tenido o conoce a alguien que ha tenido partes del cuerpo como las rodillas y los codos magullados o incluso lesionados, después de una sesión de sexo? El roce del cuerpo con las sábanas, la alfombra o incluso en el suelo puede causar daños en estas zonas donde la piel es tan delicada.
2) Calambres
Por lo general, los espasmos suelen ser temporales y no causan problemas más graves. Sin embargo, se debe hacer una pausa hasta que el músculo se recupere para no generar una lesión adicional como las agujetas, que normalmente se dan en las pantorrillas.
3) Moretones
La intensidad de la pasión puede dejar marcas… literalmente. Los hematomas son una de las lesiones más comunes en el sexo, así que hay que tener cuidado. Una caricia fuerte o incluso un mordisco inocente en el cuello pueden dejar incómodos hematomas.
4) Esguince muscular
Los movimientos repetitivos, durante mucho tiempo, o incluso la práctica de una posición sexual más atrevida pueden provocar algún tipo de distensión. Por lo tanto, conviene ser consciente de los límites del propio cuerpo y detenerse en caso de dolor.
5) Lesión de los órganos íntimos
Tanto el pene como la vagina necesitan un nivel de lubricación adecuado para protegerse de los daños. La falta de humedad, ya sea por el uso de sustancias incorrectas o por la falta de estimulación, puede provocar lesiones sexuales durante la penetración y después del sexo. Los lubricantes a base de agua son los más adecuados para facilitar este proceso. De igual manera sucede con el ano. Se trata de zonas sensibles que necesitan una estimulación adecuada para poder disfrutar de ellas sin arrepentimientos posteriores.
6) Ataques al corazón
Como se ha dicho, el sexo es una actividad corporal y, por lo tanto, las personas que padecen problemas cardíacos tienen posibilidades de sufrir un infarto durante las relaciones sexuales. El uso de ciertos medicamentos, como los estimulantes de la erección, por ejemplo, puede aumentar aún más este riesgo.
7) Uso inadecuado de diferentes objetos y juguetes eróticos
Los hospitales han recibido a muchas personas con preservativos, productos eróticos o incluso comida atrapada en su cuerpo. Siempre hay que tener en cuenta que ciertos materiales pueden ser difíciles de eliminar o incluso inapropiados para el uso sexual.
8) Lesiones sexuales en el pene o Pene «roto»
La fractura de pene no es tan común como otras lesiones, aunque puede producirse. Factores como las relaciones sexuales en posición dominante, en las que la mujer está encima del hombre, o incluso la masturbación intensa, pueden provocar esta lesión.
Esto puede ser muy incómodo, con dolor y un cambio de color en el miembro.
9) Romper huesos
Por lo general, estas lesiones sexuales son el resultado de alguna caída o golpe. Pueden producirse por resbalones o incluso por hacer demasiada fuerza en la cama.
Cómo protegerse de las lesiones sexuales
A menudo las lesiones sexuales se producen por factores externos, como golpearse con un mueble o caerse de la cama; sin embargo, hay muchas de ellas que pueden evitarse. ¿Cómo? Pues aumentando la conciencia corporal propia y de la pareja sexual, comprendiendo los límites de cada uno y hablando de cualquier punto de incomodidad con el fin de evitar las lesiones sexuales.
El uso de almohadas para hacer más cómodas ciertas posiciones, el uso de lubricante y evitar los movimientos bruscos pueden ayudar a prevenir las lesiones sexuales.
Al final, es importante ser consciente de los posibles peligros, protegerse y disfrutar al máximo del momento, ya que es lo que todo el mundo desea cuando se conecta sexualmente con alguien.