Enamorarse, tener conexiones genuinas que les apasionen y aporten es el deseo de casi todo el mundo. Es normal, ya que todo este juego de seducción suele despertar lo mejor de las personas. Mejora la autoestima y el estado de ánimo, sacando a la luz la versión más tranquila, relajada y contenta con la vida. De esta manera hace que cada uno esté más dispuesto a aventurarse y a disfrutar de todas las maravillas que puede aportar una relación. Suena perfecto, ¿verdad? Efectivamente, aunque desgraciadamente hoy en día no es todo color de rosa. Y es que existe el temido síndrome de burnout afectivo.
Esa sensación de desmotivación y soledad en la que se pierde la ilusión y las ganas de continuar adelante. En este caso con la pareja, aunque puede resultar con muchos aspectos diferentes de la pareja. Ahora bien, ¿cómo superarlo sin poner fin a la relación? O mejor, ¿cómo evitarlo?
Entendiendo el Síndrome de Burnout
La palabra Burnout tiene su origen en el inglés (To burn out), y su traducción literal sería «quemarse por completo». El término se originó después de que el psicoanalista alemán Herbert Freudenberger trabajara tanto que quedó postrado en la cama por ello.
Desde entonces, se ha hablado mucho de los distintos tipos de Burnout, aunque el más utilizado es el del ámbito profesional, como sugiere el psicoanalista. Con una lista cada vez más larga de cosas que hacer, las personas se sienten cada vez más reflejadas en las premisas del burnout.
Y ahí es donde empezó también la discusión sobre el síndrome de burnout en la pareja, o burnout afectivo, como muchos lo llaman.
El síndrome de burnout en la pareja
El síndrome de burnout puede explicarse y entenderse en palabras sencillas. Como por ejemplo el cansancio, el agotamiento por hacer o intentar algo de forma repetida o excesiva.
En el contexto de las relaciones, sería más o menos el famoso «»tirar del carro solo». Es decir, cuando sólo una persona de la pareja hace o siente que hace todo el esfuerzo para que todo funcione bien y progrese en la relación.
El síndrome de burnout afectivo le puede ocurrir básicamente a cualquier persona implicada. Aunque, también es cierto, que son mujeres las que, en mayor medida, acuden como pacientes a las clínicas para tratar este síndrome. Según los especialistas, esto puede deberse fácilmente al hecho de que las mujeres suelen desempeñar muchos roles. Ya sea profesional, cuidado del hogar, en la relación de pareja y/o maternidad. Y por esta razón pueden sentirse más fatigadas y responsables.
¿Cómo superar el síndrome de burnout afectivo?
Este es un tema muy actual que se ve reforzado por la cantidad de información que se maneja, las prisas del día a día, las tareas del hogar y mucho más. Por ello, es más que necesario prestarle la debida atención. Sobre todo para poder seguir disfrutando con la alegría y la pasión que es tan vital y saludable para las relaciones.
He aquí algunos consejos para cuando el cansancio golpea la relación de pareja. Aunque no es necesario esperar a llegar al extremo del Burnout, es mejor prevenir que curar. Ellos son:
1) Entender cómo se siente
No siempre es fácil diferenciar las emociones y los sentimientos dentro de los muchos papeles que uno desempeña en la vida. Son muchos los casos de personas que están insatisfechas con su vida profesional y por ello acaban proyectándolo en su relación. Como también ocurre lo contrario. Por eso, en primer lugar, es necesario identificar lo que uno siente. Para que, a partir de ahí, se pueda hablar de ello y encontrar soluciones.
2) Expresar lo que se siente
Esto puede parecer obvio, pero no lo es. Ya que muchas personas guardan sus insatisfacciones sobre su relación para no fastidiar a su pareja. Aunque esto suele tener el efecto contrario. La otra parte no tiene forma de saberlo y, a menudo, ni siquiera se da cuenta de lo que está pasando. Por lo que las conversaciones transparentes y sinceras son necesarias para prevenir el síndrome de burnout afectivo.
3) Tiempo para uno mismo y tiempo para la pareja
Compartir tiempo de calidad juntos es esencial para reavivar la llama del amor. Puede ser un viaje, una cena en casa con una copa, una sesión de cine los dos solos… Todo es válido para ahuyentar la rutina y la monotonía. Para así aliviar el cansancio que a veces puede producir el paso del tiempo haciendo lo mismo.
Sin embargo, el tiempo a solas también es sumamente importante. Sí, hay que conocerse a sí mismo y cuidarse. Aunque sea tomarse un tiempo libre para no hacer absolutamente nada y sólo estar con uno mismo. Sano y necesario.
4) Pedir ayuda y evitar el síndrome de Burnout
Desgraciadamente, nadie es capaz de hacerlo todo solo. Pedir ayuda es fundamental para la salud de las relaciones, y para la de uno mismo. Reorganizar las tareas y pedir ayuda a la pareja, delegar las cosas que pueden ser hechas por otros, y no menos importante: pedir ayuda médica. Contar con ayuda especializada puede obrar milagros a la hora de tratar el síndrome de burnout de todo tipo. En el caso del burnout afectivo, es muy útil para reducir la presión emocional que se puede sentir en estos momentos.