Que el sexo es una actividad placentera (en la mayoría de los casos) es algo que ya se sabe. Los mimos, los besos, los juegos preliminares, tanto antes, como durante y después del acto, forman el conjunto perfecto de sensaciones que activan el sistema de recompensa del cerebro. Por lo que se genera esa oleada de buenas vibras. Quizás es por eso que hay tantos enamorados del sexo en el mundo.
Y es que las hormonas del placer y la felicidad que se liberan durante el acto sexual son las mismas que se desprenden al comer un chocolate, una comida sabrosa o al abrazar a un ser querido, por ejemplo. Así que no es de extrañar que alguien quiera más y más de ello.
Es como comer chocolate blanco y luego tener antojo de chocolate negro, ¿por qué elegir entre uno y otro si puedes tener ambos?
¿Libido alto o enamoramiento del sexo?
Tener deseo, ganas de intimidad, de experimentar nuevas sensaciones, juguetes y placeres distintos es algo totalmente normal y forma parte de una sexualidad sana.
El deseo sexual es muy específico de cada persona, muy singular y, por tanto, se expresa de forma única. Los actos sexuales son generalmente conocidos por hacer que la gente se sienta bien en general. Ayudan a que entiendan mejor sus cuerpos y que refuercen su autoestima. Una combinación increíble de beneficios físicos y emocionales.
Sin embargo, quizás alguna vez ya haya surgido la pregunta de por qué el deseo sexual puede variar tanto de una persona a otra. La respuesta para esto es sencilla y compleja a la vez. Y es que cada persona es un mundo, por lo que intervienen factores personales internos. Como por ejemplo los traumas pasados, las referencias personales, las tasas hormonales, la práctica o no de actividad física, los vicios como el tabaco y el alcohol, la menopausia, los problemas de erección y un largo etcétera.
Por otro lado, hay factores externos que muchas veces no están en manos de nadie, como es el caso de la actual pandemia que vive el mundo de Covid-19. Algo que nadie preveía y que ha afectado claramente a la vida sexual de gran parte de la población mundial.
Asimismo, mientras algunas personas se quejan de que su deseo sexual está más bajo de lo normal, muchos se preguntan si están enamorados del sexo.
5 señales que dan los enamorados del sexo
En realidad, no es fácil decir exactamente si se trata de una adicción, obsesión o simplemente es un caso el de los enamorados del sexo. Después de todo, hay que tener en cuenta el contexto, la edad, la personalidad y el estilo de vida de cada persona, en otras palabras, son elementos muy subjetivos.
Y los que piensan que los hombres son los más enamorados del sexo se equivocan. La libido de las mujeres es igualmente intensa y, en algunos casos, incluso superior a la de sus compañeros. Ahora bien, ¿cuáles son las señales que demuestran los enamorados del sexo?
A continuación nombramos algunas de ellas:
1) Alta líbido
¡Cada momento es apropiado y cada lugar es ideal! Un apetito sexual voraz y una líbido elevada suelen ser la tónica de los enamorados del sexo.
2) Deseo intenso y fantasía
Su comportamiento sexual suele reflejar esto: un deseo intenso y cero pudor en dar alas a todas sus fantasías más íntimas. Para los amantes del sexo, no hacer algo que se quiere por temor o vergüenza es una pérdida de tiempo, ¡y tienen toda la razón del mundo!
3) Pasión por la pornografía y similares
Los enamorados del sexo a menudo persiguen la lluvia de sensaciones de bienestar derivadas del placer. No es de extrañar que accedan a portales para adultos, a video chats eróticos, a la lectura de relatos picantes y a todo lo que está disponible para obtener este disfrute.
4) Conocen y disfrutan sus propios cuerpos
No es ninguna novedad que cuanto más resuelta es una persona, mejor le va en la cama. Y es que conocer el propio cuerpo, las zonas erógenas, los puntos de mayor placer son el principal paso a la hora de intimar. Es por ello que al conocer el propio cuerpo, tener claro las preferencias entre las sábanas, lo que gusta o no, lo que se disfruta o no, permite transmitirlo, y de paso hacer que explote el placer.
5) Dejan de lado los tabúes
Los enamorados del sexo saben perfectamente que para disfrutar plenamente del placer hay que dejar fuera de la cama (o del coche, o del lavabo, o de la ducha…) todos y cada uno de los complejos, vergüenzas, tabúes y críticas personales. Para que el placer sea hermoso, deben estar presentes sentimientos positivos de bienestar, comodidad, seguridad y alegría, mucho más allá de la simple atracción y el morbo.