¿Sabes lo que es el coitocentrismo?

¿Cuál es la primera imagen que se suele crear en la cabeza cuando se piensa en sexo? Para muchas personas, la respuesta a esta pregunta es sencilla, la penetración. Esto es, precisamente, lo que dice el coitocentrismo.  

Una tendencia que asocia al coito un papel central (de ahí la palabra). Es decir que sin una cosa no hay otra, por lo que sin penetración tampoco hay sexo. Idea que puede parecer muy limitante inicialmente pero que la mayoría de personas creen.

Coitocentrismo: ¿existe el placer sin penetración?

Tan solo imaginar una noche loca, conocer a una persona, que surja esa chispa de atracción y pasión, pero ¡oh! ninguno lleva condones. ¿Qué hacer? ¿Hacerlo igual? En estos casos, es mejor evitar el riesgo de cualquier contagio de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). Pero eso no quiere decir que tampoco se pueda hacer nada.

Existe todo un camino de la nada a la penetración. El sexo no es solo esto como parece que explique el coitocentrismo. Hay un mundo de posibilidades, sobre todo para los más creativos. Otras partes del cuerpo pueden entrar en contacto y fricción, generando ese calor y tensión hasta que explote el placer.

coitocentrismo

Un buen ejemplo sería el oral, la masturbación, los masajes, utilizar diferentes juguetes sexuales, el tantra… Incluso existe una práctica que literalmente se llama “Kings out” y que se refiere a esto precisamente: el rey se queda fuera.

Tan solo hay que atreverse a experimentar. Dejarse llevar y probar las sensaciones y reacciones del cuerpo a diferentes estímulos. Los genitales son grandes zonas erógenas, sí. La penetración es satisfactoria en la mayoría de casos, sí. Pero ni es la única forma de estimular este área del cuerpo humano ni son exclusivos. Es decir, que hay más partes del cuerpo capaces de provocar intenso placer si se saben estimular.

Este es el caso del cuello, las orejas, la clavícula, el pecho, los pezones, los labios… y un larguísimo etcétera. Así como formas de estimularlos y sobre lo que existe 

Debate coitocentrismo: ¿dónde queda el placer femenino?

Uno de los grandes debates respecto al coitocentrismo es que parece que se centre única y exclusivamente en el placer masculino. ¿Por qué? Pues se debe principalmente a que ellos son más físicos en este aspecto y disfrutan más intensamente de esta práctica. Aunque esto no quita que muchas mujeres también lo hagan.

Sencillamente el género femenino tiende a ser más mental y capaz de disfrutar más y mejor de otra infinidad de prácticas. Por lo que el coitocentrismo puede resultar algo limitante en estos casos.

Además de la presión que ejerce sobre el acto para todos los géneros. Las expectativas de lo que es el sexo o como debería ser, el rol del hombre y de la mujer durante el acto. Incluso puede resultar común escuchar eso de “eso no cuenta como sexo” “solo se la he chupado”.

Al final son diferentes formas de intimar, pero en la que ha habido contacto físico. No obstante, hay estudios que afirman que la mayoría de mujeres e incluso algunos hombres no obtienen placer de la propia penetración. Por lo que buscar prácticas alternativas es lo más adecuado en estos casos.

Entonces, ¿qué es realmente el sexo?

El coitocentrismo dice que el sexo puede ser cómo sea pero tiene que involucrar la penetración como lo más importante. Algo con lo que se puede estar más o menos de acuerdo. Pero por lo que al final acaba llevando a una clara pregunta: ¿Qué es el sexo realmente?

Independientemente de esto, lo importante en estos casos es conocerse a uno mismo. El propio cuerpo, las fantasías, deseos, fetiches, gustos… Porque a partir de ahí es cuando se puede ser capaz de saber qué es lo que realmente provoca un intenso placer. Por lo que se puede comunicar y poner en práctica.

Pero para ello es muy importante informarse y practicar, experimentar y probar diferentes cosas. Abrir la mente y ampliar horizontes para descubrir que el sexo no tiene por qué implicar explicitamente el coito o la penetración. Aunque esto, obviamente, queda a la libre elección de cada persona según lo que desee. 

En resumen, cualquier persona puede practicar o no el coitocentrismo, al final lo fundamental es que se haga de forma consensuada y que todas las partes involucradas lo disfruten cuanto más intensamente, mejor. Ampliar horizontes y descubrir todas las oportunidades que ofrecen las relaciones sexuales y el cuerpo humano. Ya que, en su sentido más general, al final, el sexo son todas las actividades que generan excitación. 

Así que, si solo han sido besos, solo han participado las manos o la lengua o cualquier parte del cuerpo sin que la penetración ocurra, sigue siendo sexo. Para suerte o desgracia de muchos, cuenta. Por lo que comencemos un poco a pensar más en cómo se siente antes de qué se está haciendo, para disfrutar más.