Las mujeres son de Venus y los hombres de Marte. Es un hecho de que ambos géneros son muy diferentes entre ellos. Sin ya mencionar otro tipo de personas que ni siquiera se puedan sentir identificados con ninguno de ellos. Pero mencionando los tópicos, es bastante común que ellas sean las que más vueltas a la cabeza le den a todo. Por lo que acaban teniendo más problemas sexuales que ellos.
Muchos de ellos nacen de la desinformación principalmente. Esto es debido a que el sexo hablando desde una perspectiva masculina está muy naturalizado y se habla en el día a día. La mayor parte de la población sabe o puede saber rápidamente cómo se hace una mamada o la masturbación masculina. Estimular el pene hoy en día, puede parecer sencillo, pero ¿qué pasa con el clítoris y el cuerpo femenino?
¿Qué son los problemas sexuales?
Como en cualquier lado, hay que empezar por el principio. Se entiende como problemas sexuales todas aquellas cosas que impidan, en este caso a la mujer, disfrutar de las relaciones sexuales.
Es por ello que así, con esa definición se podrían nombrar cientos. Desde mentales, emocionales o físicos. Por lo que a continuación se van a nombrar los más populares.
Falta de deseo
Algo que gracias a la pandemia, muchas personas han podido experimentar. Se trata de un descenso en las ganas y disposición a mantener relaciones sexuales. Pero sobre todo por descontenta a la pareja en ese momento. De situaciones como esta surgió el mítico, “me duele la cabeza, ahora no” o incluso el tener que fingir orgasmos.
Puede ser verdad o no que el género masculino pueda tener siempre más ganas de tener sexo que ellas. Pero el deseo sexual es muy importante para luego poder disfrutar y dejarse llevar en el sexo. Sentirse atraída, deseada y que haya un esfuerzo por parte de la otra persona para la seducción. Luego caer en la tentación es más dulce y prender la llama, más fácil si ya hay chispa.
Anorgasmia
Este es uno de los problemas sexuales que generan más preocupación entre las féminas. “¿Seré frígida?” “¿Tendré algún problema?”
Tanto como si nunca se ha disfrutado plenamente del sexo como si se ha dejado de sentir placer es necesario tenerlo en cuenta y ser lo más objetiva posible. Los motivos pueden ser muy diversos. Puede ser por una fase de estrés, cuestión emocional o que la pareja sexual no sepa cómo hacer alcanzar el orgasmo femenino. Sea lo que sea puede ser algo temporal o permanente. Pero si es un tema que preocupe al final lo mejor es consultar a un profesional e informarse.
Inseguridades que acaban en problemas sexuales
Los estándares femeninos sobre el cuerpo y cómo debería ser para ser perfecto, bonito y sexy y la historia social ha influenciado mucho. Sobre todo en la forma de pensar y las expectativas. Todo esto sin mencionar las redes sociales. Mostrarse completamente desnuda, tener sexo con la luz encendida, descubrir y explorar la propia sexualidad y no ser capaz de satisface a la pareja sexual suelen ser algunos de los problemas sexuales más comunes.
No sentirse sexys, la vergüenza de ponerse en determinada pose, ruidos o incluso las caras o las partes del cuerpo que se dejan expuestas. Así como intentar alcanzar la idea que existe del sexo, que suele coincidir con la que se muestra en el porno. O al menos la que se cree que la pareja sexual espera. Siempre listas, hasta el fondo y en cualquier posición.
Vaginismo
Este o cualquier tipo de enfermedad de transmisión sexual (ETS) o infección a la hora de tener sexo supone también uno de los grandes problemas sexuales que tienen todas las personas. La poca información y el qué pensaran los demás si se sabe que alguna mujer tiene alguna. Ese sufrimiento en silencio tiene graves consecuencias a largo plazo.
Mantener relaciones sexuales dolorosas o incluso la imposibilidad de tenerlas y no poder ni compartirlo ni desahogarse con nadie es peor. Por ello, informarse, la higiene, la protección, mantener la calma y seguir los consejos de un especialista y profesional es lo mejor para evitar este tipo de situaciones.
Problemas sexuales por falta de comunicación
Plantearse si algo relacionado con el terreno sexual se debería contar a la pareja y cómo hacerlo puede plantear muchas preocupaciones. Es importante tener un espacio de confianza y comprensión en el que poder hablar abiertamente sobre todas aquellas fantasías y deseos que se tienen.
Tanto si se desea un empotrador, algún tipo de role play o en algún lugar determinado. Sea lo que sea, hay que explorar libremente la sexualidad de cada uno y experimentar los límites del placer. Jugar, tentar, tocar aquí, chupar, morder… Es lo mejor para averiguar qué es lo que más se disfruta y poder repetir.