Que si sube la pierna por aquí, apoya el brazo así, mueve el culo hacia allá, mantén el equilibrio… Algunas veces parece imprescindible ser gimnasta profesional y una persona súper flexible y fuerte para aguantar determinadas posturas. Sobre todo a la hora de tener relaciones sexuales y conseguir un orgasmo seguro. O, por el contrario, se es un aburrido que cae en la rutina y poco innovador y atrevido.
La verdad es que existen infinidad de maneras de situarse para tener sexo con o sin penetración. Tantas, quizás, como prácticas existen. Se pueden consultar en el famoso libro del Kamasutra, o realizando una sencilla búsqueda por internet. Ya que mucho se ha escrito sobre la postura perfecta para que el placer sea máximo y más intenso y duradero.
¿Se puede alcanzar un orgasmo seguro sólo con la postura?
Pero la verdadera pregunta es ¿existe alguna posición infalible? Esa a la que siempre recurrir con la que alcanzar el éxtasis. Esa que haga sudar, apretar los ojos y las manos e incluso los dedos los pies hasta que explote entre gemidos, jadeos y gritos.
Los clásicos nunca fallan para un orgasmo seguro. El misionero, la cucharita, a cuatro patas o la vaquera son las más populares. Además de ofrecer grandes oportunidades para elegir el ritmo y profundidad deseados, tienen grandes ventajas visuales.
Poder observar cómo se mueve esa persona encima durante la penetración, agarrar sus caderas, manosear a gusto todo su cuerpo e incluso alguna nalgada. Gracias a estas posturas muchos han acabado con arañazos en la espalda o trasero, testigos del placer vivido.
Cualquiera de estas opciones es buena y puede acabar en un delicioso éxtasis si se hace correctamente. Aunque si lo que se desea es ser innovador y probar cosas nuevas, hay más opciones.
En busca del orgasmo seguro: más allá de los clásicos
Por un lado está la tijera, en la que se entremezclan ambas piernas. También se puede probar de pie, o con la postura de la carretilla si se tiene la fuerza necesaria. Incluso otras conocidas como la araña o el balancín, donde ambas personas se apoyan sobre sus manos y pies boca arriba. Mientras la que va a ser penetrada coloca sus pies a ambos lados de la cadera de su compañero o compañera sexual.
Aunque también uno puede derretirse de placer y tener un orgasmo seguro elevando las piernas de la pareja para adentrarse todavía más dentro de ella. Abrazando una de sus extremidades en alto, o apoyando sus rodillas flexionadas sobre el pecho para que haga efecto muelle.
Eligiendo postura. ¿Cómo alcanzar un orgasmo seguro?
Entre la infinidad de opciones, ¿cómo saber cuál será la más placentera? Aquella que con el mínimo esfuerzo puede dar el máximo resultado. La más eficaz y eficiente para aguantar y repetir lo que se desee.
Para encontrarla es necesario tener en cuenta varias cosas para que el resultado sea efectivamente el esperado.
Autoconocimiento, fantasías
Lo más importante a tener en cuenta es conocer el propio cuerpo. Saber qué zonas son más sensibles y cómo tocarlas para disfrutar al máximo. De esta manera se puede descubrir qué posturas serán las más adecuadas para aumentar e intensificar el orgasmo.
Además de las posibles fantasías, fetiches o gustos que se tengan, claro. Unas serán más cómodas y mejores para facilitar hacer realidad todos los deseos. Por lo que la confianza y comunicación entre las parejas sexuales que se tengan es fundamental para conocer las propias y las ajenas. Porque, ¿quién no encuentra placer cuando se tiene a otra persona jadeando y gimiendo su nombre cual dios del sexo?
Estimular las zonas correctas para un orgasmo seguro
Una vez ubicadas las partes más sensibles y que se desean estimular, es hora de ponerse manos a la obra. Porque la posición depende para tener una mayor accesibilidad a la zona. La del 69, por ejemplo, es perfecta para el sexo oral ya que es sencilla, concreta y directa para su finalidad.
¿Son los genitales? ¿Pezones? ¿Cuello? ¿Pies? Una vez encontrado el objeto de placer, tan solo hay que ponerse cómodos y pasar a la acción.
Condiciones físicas, del lugar y el tiempo disponible
Otra de las cosas importantes a la hora de elegir la postura ideal, es ser realista. Ser consciente de los propios límites. La fuerza y flexibilidad que se tiene para poder disfrutar al máximo de cada postura.
Olvidarse de cuán placentera pueda parecer la posición en ese vídeo porno o texto sobre sexualidad. El objetivo es complacerse y llegar al orgasmo, no sufrir un tirón o romperse algo.
Además que el tiempo y el espacio pueden determinar también la mejor manera de colocarse para alcanzar ese final feliz. La cama, la ducha, la cocina, el sofá, el coche… Un rapidito o más profundo y duradero, algo espontáneo o preparado… La mejor forma para acoplarse en cada una de estas situaciones es diferente.
Práctica sexual
De la misma manera sucede con la actividad que se vaya a realizar. Esto quiere decir, no es lo mismo si se va a practicar BDSM, que anal, que oral o vaginal. Por solo poner unos ejemplos. Porque existen algunas prácticas como los masajes o el tantra que incluso necesitan de otros complementos o juguetes eróticos. Algunos de los cuales no se pueden utilizar de cualquier manera. De esta manera se alcanzará el orgasmo seguro.
Experiencia versus rutina
Como se ha mencionado anteriormente el peor enemigo del placer es la rutina. Por lo que innovar aunque sea un poco siempre está bien y se agradece. Es por ello que es importante ser consciente de que porque una postura funcione en algún momento no significa que sea infalible. En la variedad está el gusto e incluso se puede ir cambiando de posturas durante el propio acto sexual.
Al final lo más importante es estar cómodos y disfrutar. Tener claro lo que se desea y los propios límites. Comunicarse y dejarse llevar, evitar pensar demasiado y dejar que los cuerpos hablen por sí mismos. La cuestión es probar, experimentar variando posturas, ritmo, velocidad e involucrando todas las partes del cuerpo disponibles y dispuestas para acabar explotando de placer en un orgasmo seguro e intenso.