Cada día son más las prácticas sexuales que aparecen con los nombres más extraños y curiosos. Y es que con un poco de imaginación y tiempo libre son muchas las experiencias de placer que pueden probarse. Es el caso de “milking table”. Como si ahora recibir un masaje por una belleza no fuera suficiente, este tiene un pequeño extra que hace que no haya que esperar para el gratificante final feliz.
¿Qué es el Milking table?
La traducción literal es mesa de ordeñamiento. Nombre bastante apropiado y que da una idea bastante exacta sobre lo que consiste. A pesar de que la leche, técnicamente, tienen tan sólo las mujeres y solo en algunos casos concretos de su vida generalmente y que existen máquinas específicas hechas para extraerla, no se refiere a eso.
La práctica del milking table es principalmente para el disfrute y estimulación del pene. ¿Cómo? Muy fácil. Tan sencillo como tumbarse en una camilla, un mueble sexual con dos agujeros uno para la cabeza y otro para los genitales masculinos.
Mucho más que un masaje erótico
La verdad es que existen multitud de tipos. Nuru, Lingam, Tántrico, tailandés, hindu y un largo etcétera. Un momento donde relajarse, dejarse llevar y disfrutar. Una oportunidad de consentirse, para olvidar todos los problemas y preocupaciones.
Cuidar el cuerpo para evitar los efectos del estrés y la rutina del día a día. Sólo tumbarse y dejar que la o las personas masajistas exploren cada centímetro de piel, estimulando zona tras zona. Normalmente con ayuda de algunos aceites y cremas para mejorar la experiencia e incluso cuidando el entorno (luz, olores, comodidad…).
En el caso de la milking table, también es necesaria la camilla especial. De esta manera con tan solo tumbarse cómodamente y dejarse hacer.
¿Cómo se realiza el milking table?
Disfrutar de este tipo de experiencia es muy sencillo incluso sin preliminares. Aún así, hay varias cosas a tener en cuenta.
- ¿Tres son multitud? El milking table se puede hacer con una o varias masajistas. Puede ser una, de pie, que luego descienda y se sitúe debajo de la camilla o ambas a la vez. Esta última puede resultar muy interesante para experimentar todo un abanico de sensaciones.
- Un poquito de diversión. La imaginación y la elasticidad son los límites. Se puede jugar con las manos, boca, pies, tetas e incluso es posible la penetración. Todo sin esperarlo ni casi verlo. En esta práctica lo importante son las sensaciones.
- Cuestión de excitación. Tocar, lamer, un poquito de presión, lubricación, roces… Provocar y calentar el ambiente. Crear la erección para saborearla y acabar sacando hasta la última gota de semen. O como se le llama coloquialmente, leche. De ahí el nombre de la placentera práctica del milking table.
- Suma y sigue. Una de las mejores partes de esta experiencia es que fácilmente se puede combinar con otras prácticas sexuales. Normalmente se asocia más con el BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo). Aunque se puede hacer algo raro imaginar a Grey con Anastasia en esa situación, ya que son la famosa pareja que puso el foco sobre estas prácticas de forma más o menos realista. Se puede combinar con otro tipo de prácticas. Por ejemplo con el pegging, francés, posturas diversas… Aunque un buen azote de vez en cuando…
Una práctica cada vez más popular
El mundo se encuentra en constante actualización, la rutina aburre y lo nuevo atrae. Es por ello que una práctica como esta llama la atención. Incluso en las principales páginas de contenido adulto pornográfico hay cada vez más vídeos sobre milking table.
Se trata de una forma nueva de experimentar y probar un abanico de sensaciones. Cerrar los ojos y centrarse en cómo se siente cada uno de los movimientos de la o las masajistas en la piel. Quizás descubrir nuevas zonas erógenas, intensificar el placer, olvidar el estrés.
Además, el milking table no implica un cara a cara. Con lo cual puede resultar beneficioso si lo que se busca es añadir un toque picante de anonimato, no ver quién te toca e incluso la excitación de no saber cómo ni cuándo va a hacer cada movimiento. La tensión sexual es evidente y hasta se podrá palpar.
Cómo si fuera un gloryhole, en el que sencillamente hay dos personas separadas por una tela, pared, plástico que impide verse pero con un pequeño agujero para los genitales. Así que la persona tan solo ve esa parte del cuerpo y pues es una fantasía para practicar sexo oral o lo que surja. Como si fuera el concurso de La Voz, que sólo oyen la voz del artista pero no le ven y deciden si lo quieren en su equipo, aquí juguetean con cualquier parte de su cuerpo. Una práctica que, en los tiempos que corren de pandemia mundial en la que hay que tener cuidado con la salud y protegerse, se puede disfrutar de manera sencilla y sin preocupaciones. Así que, ¿por qué esperar para probarla?