¿Qué es lo peor que puede suceder durante un encuentro sexual? Con una pareja, con una escort o con un amante de una noche. Desgraciadamente nada es perfecto. Todos tienen las expectativas y la idea de cómo debería ser o lo placentero que puede llegar a ser. Pero hasta el más mínimo detalle puede cambiarlo todo y acabar con la pasión. Aunque parezca mentira, la mayoría cometen errores sexuales muy típicos.
Cada persona es diferente y disfruta de muchas cosas en la cama, está claro. Cada uno tiene sus fantasías, gustos y fetiches. Aunque parece que en cuanto a atracción y deseo sí que se pueden establecer unos estándares que funcionan si no en todos, en la mayoría de casos. Es por ello que es importante conocer los errores más comunes. Pero sobre todo, algo también muy relevante que es la mejor manera de reaccionar a ellos. Todo para que el encuentro sea satisfactorio y no acabe en desastre.
Los errores sexuales más cometidos:
- Olor, cuidado personal… Las personas tienen 5 sentidos.
A la hora de tener sexo no es todo cuestión de besos, mimos y penetración. Todo ayuda a que una persona se excite. El perfume que lleva, el aseo personal. Está claro que lo primero que llama la atención de alguien es la vista pero el resto de los sentidos pueden ayudar también. El oído, olfato, vista, gusto y tacto quieren ser satisfechos. Nadie quiere acercarse ni es atraído por algo o alguien que pueda resultar desagradable para uno de estos sentidos.
Por eso es importante tomarse su tiempo para cuidar el aseo personal en todas las partes del cuerpo. Tan solo imaginar realizar sexo oral, acercarse y oler… Por no hablar del tema de depilación o de cuidarse de posibles embarazos no deseados o de enfermedades de transmisión sexual (ETS) utilizando condón, por ejemplo.
- La estrella de mar
Aunque parezca mentira, se trata de un error sexual más común de lo que aparenta. Como todo en la vida, no se puede esperar que la felicidad y el placer llegue sin hacer nada. Puede ser divertido en algún momento quedarse quieto y dejarse hacer, pero no durante todo el acto.
La vida no es como una película en la que el sexo surge de la nada y sin esforzarse. Sin prisa y sin pausa, experimenta, prueba y juega. Caer en la rutina es el peor enemigo de la atracción y el deseo. Centrarse en el presente, en toda la experiencia de la conquista, acercamiento y dar rienda suelta a la pasión sin pensar en nada ni nadie más.
- Vergüenzas y expectativas
¿Hacerlo con la luz apagada?, ¿taparse con la sábana?, ¿evitar mirarse a los ojos mientras dure el encuentro?… Muchas personas alguna vez han pensado en hacer estas cosas. Todas con motivo de la vergüenza que les supone todo el proceso. Los complejos e inseguridades acerca de uno mismo se acentúan.
Y es que la idea que la mayor parte de la población tiene del sexo se concibe gracias mayormente al porno que ven. Pero las relaciones sexuales distan mucho de estos encuentros que se muestran online. En esos momentos lo único que importa es el placer. Estar preocupado por como se verá desde fuera, o incluso que pueda resultar desagradable algo del cuerpo para la otra persona tan solo es un impedimento para disfrutar.
Sobre todo los hombres son muy visuales y se excitan más cuanto más desinhibida y natural ven a su acompañante. Si ya se ha llegado al punto del sexo, es que la atracción es evidente, ¿o no?
- ¿Cuánto es hablar demasiado?
Este es otro de los errores sexuales más comunes. Sobre todo para los poco experimentados. Los nervios y la tensión, así como las ansias de querer hacerlo bien puede desembocar en una charla demasiado larga.
Mencionar a otros amantes, decir todo lo que se hace mal e incluso preguntar si todo lo que se va haciendo es satisfactorio. ¿De cuántas cosas se pueden hablar en estos momentos de intimidad?
Durante los preliminares, algún comentario al oído susurrando o algunas palabras es bien. Pero es momento de dejar que hablen los cuerpos y el deseo. Dejarse llevar y transmitir mucho más allá de las palabras. Mantener una conversación demasiado larga o realizar alguna pregunta incómoda puede acabar con la excitación del momento. Especialmente para las mujeres ya que son más mentales y darles motivos para pensar en otras cosas que no sea la pasión y el sexo puede acabar con el encuentro.
- 1 + 1 = 2
En muchas ocasiones se comete esta equivocación sexual. Y es que hay más de una persona en ese lugar. Ambas con sentimientos, pensamientos y deseos. Por el momento y hasta donde se conoce no son dioses ni máquinas de placer que saben leer mentes para saber todo lo que quieren sus compañeros.
La cosa está en encontrar el equilibrio y si se ve que algo se tuerce, indicar la vuelta al buen camino sutilmente. Interactuar, experimentar y no dormirse en cuanto se eyacula ni fingir los orgasmos para acabar antes. Este es uno de los errores sexuales más feos.
Provocar en los preliminares, generar esa tensión sexual y ser parte activa durante el sexo. Probar diferentes posturas, ser conscientes de que se está con alguien igual.
En resumen, hay que experimentar para aprender a disfrutar plenamente de las relaciones sexuales. Tomar parte activa y la iniciativa para probar y tentar a esa persona que motiva la atracción. Todo es cuestión de dar y recibir por partes iguales, un momento de interacción e intercambio del placer más natural y salvaje.