Todas las profesiones tienen ciertos riesgos.
Algunas personas pueden sufrir accidentes por el uso de maquinaria pesada, otros padecen mutilaciones por atrapamientos, etc.
Las personas que trabajan como autónomos dando servicios en su domicilio o bien van a los domicilios del cliente, corren más riesgos que personas que pueden estar acompañadas en una empresa o en un local público.
En esta ocasión en Diario de una Escort, contamos con la experiencia de Camila, una escort que trabaja en Panamá.
Nos cuenta los riesgos que entraña su profesión y a los que más miedo les tiene.
Las Enfermedades sexuales son uno de los más temidos riesgos. En Skokka ya hablamos en varias ocasiones de cómo evitarlas y de cuáles son las sintomatologías.
Hay diversas personas que ofrecen servicios sin protección, otras que directamente se sienten excitadas al saber que podrían correr el riesgo de contagio.
Desde Skokka queremos lanzar el mensaje de un sexo siempre seguro, así pues os dejamos unos enlaces para evitar este tipo de riesgos.
ETS ¿Qué són y cómo identificarlas?
Los hurtos, los robos o simplemente que no te paguen al final de un servicio, es a algo que se encuentran los trabajadores en general. Mayormente aquellos que se desplazan a otra ubicación para realizar un trabajo.
Camila, ha sufrido dos robos en los últimos 5 años y nos cuenta en el próximo post de DiarioDeUnaEscort, cómo se pueden solventar este tipo de incidentes.
El maltrato, es otro de los miedos más frecuentes. Cuando estás a solas con otra persona que no conoces, y con el sexo de por medio, esta probabilidad de maltrato se multiplica por 5.
Además de estos tres más importantes, nos cuenta que algunos clientes se obsesionan con ellas hasta llegar a sentirse atemorizadas.
Quedarse embarazada es otro de los riesgos que acarrea ser escort y por tanto hay que tener bien claro y controlado.
Camila era una masajista profesional. Aprovechó su sensualidad y particular belleza para incrementar su cartera de servicios. Nos cuenta, que antes de realizar trabajos sexuales ya sufría esos miedos. En especial, lo que más le preocupaba eran los impagos. “Algunas personas vienen a la consulta para que les realices un servicio y luego no tienen dinero”, confirma con cierta rabia en el rostro.
Golpes, insultos, robos y otros pasaron por la vida de esta escort panameña antes de tomar una serie de medidas. Desde entonces, lleva 3 años sin ningún problema.
¿Quieres saber cómo evitar estos riesgos y qué medidas adoptó Camila?
Atentos al siguiente post de Diario de una Escort. Te lo contaremos todo sin secretos.