Hay una cuestión que atormenta a muchas chicas sobre todo en latino america y esta cuestión es la idea negativa que tienen muchos chicos, incluso las mismas chicas, sobre que una chica haga el amor en su primera cita.
Hay todavía una gran asociación a tener sexo en la primera cita y no ser una buena chica.
Esto se debe al todavía profundo machismo, que produce que muchos hombres tengan la sensación que si se acuestan en la primera cita con su chica, significa que no puede ser una buena madre familia.
Esto ha provocado que muchas chicas y mujeres a pesar de su deseo y el de su pareja, no hagan el amor en la primera cita para así evitar que el chico tenga una mala opinión sobre ella y que piense que no es una chica adecuada.
Esto es una completa tontería. De hecho te aconsejamos que si te apetece mucho acostarte con él en la primera cita, lo hagas.
¿Por qué? Porque si no le gusta que seas una mujer feliz, independiente y que le guste disfrutar del sexo, este chico piensa más en él que en ti y puede convertirse en una mala experiencia de tu vida.
Tampoco te estamos aconsejando que te acuestes en la primera cita para que tu novio te vea como una chica con personalidad e independiente, te estamos diciendo que debes hacer lo que te apetezca.
Hablando claro: si tienes ganas de follar, folla ¿Por qué no?
Cuando una relación no empieza desde la sinceridad y tiene más peso la opinión de los demás, en muchas ocasiones esas relaciones no dejan de ser así el resto de la vida, siendo la apariencia una de las características principales de la relación.
Hacerlo o no hacerlo no lo tiene que decidir él, lo tienes que decidir tú, en función de si te gusta mucho esa persona y si estás cómoda en ese momento.
Sin embargo, en Europa esto es muy distinto en la mayoría de países.
Hasta en países tan tradicionales como Italia o España, las mujeres tienen cada vez menos miedo “al qué dirán”.
Los hombres son mucho más respetuosos con las mujeres y no las juzgan por la primera cita o por si ella fue la que tomó la iniciativa para conocerse.
En Europa las mujeres tienen más libertad sobre sus cuerpos y la sexualidad de la mujer no es definidora de su carácter ni si es una buena chica o no. Eso los hombres deben asimilarlo y aceptarlo.