Basta ojear una página de anuncios clasificados como Skokka, y hay días que resulta complicado distinguir la sección de contactos de la de servicios profesionales.
En Perú, Chile, Argentina, España o Alemania, la mayoría de anuncios son de chicas que se consideran sencillas, ofreciendo trato de novios y garantizando una Girlfriend Experience, queriendo tener encuentros sólo con hombres educados que se impliquen en darles placer a ellas también.
Que sea un encuentro placentero mutuo.
¿Qué está ocurriendo?
Cada vez es más sencillo encontrar sexo en la calle, es muy sencillo ligar en bares, páginas de contactos, gimnasios etc. y la mayoría de hombres ya no buscan pagar por obtener simple sexo, desean un plus de servicios (conversación, comprensión, educación…).
Además se han producido dos aspectos determinantes:
1. Primero, el cliente cada vez es más exigente porque es de un nivel social educativo más alto y detesta la Trata de Personas.
2. Segundo, se ha demostrado que la infinidad de app y redes para singles han producido que las personas tengan muchos contactos pero se sigan sintiendo muy solas.
Como dice la experta Lucía Martín en su gran libro “Hola, ¿sexo?”, estás aplicaciones están creando “consumo de personas”, pero no relaciones afectivas.
Además, la lucha activa contra la Trata de Personas ha hecho que sea perseguida la prostitución callejera y en algunos países la de los clubs, provocando que el nuevo perfil de cliente deteste todo lo relacionado con el sistema de prostitución tradicional.
De hecho, se habla que el debate no está estos momentos en la actividad, sino donde se práctica.
Ahora mismo, aumenta el cliente casado con niños pequeños de nivel educativo – económico medio-alto que no está satisfecho con su vida sexual temporalmente y busca una chica sencilla sin malos rollos en apartamento independiente.
Y chicos jóvenes que buscan experiencias nuevas con una mujer más madura de piso independiente, pero a la cual respeta y no quiere faltar el respeto.
El cliente de club y de calle siempre existirá, pero nadie puede negar el crecimiento de este cliente de un mayor nivel educativo que a la hora de buscar la chica adecuada para el servicio está dispuesto a pagar, pero por una ilusión de una relación por la representación de una pareja.
De hecho las chicas y los chicos escorts, destacan la fidelidad de estos clientes que repiten mucho el servicio creando un vínculo. Algo distinto al cliente tradicional que no le gusta repetir chica y prima el contacto físico.
Las chicas lo saben. Ya había estudios al respecto como “El nuevo/viejo trabajo sexual: distinción y estigma” de la Universitat de les Illes Balears que hablaban de esta tendencia que con los años se está confirmando.
Las chicas y especialmente los chicos utilizan cada vez más palabras como “universitaria”, ”estudiante”, “te besaré en la boca” “como si fuésemos novios”, “seré tu popolita”, “trato de chibolita enamorada”, “te trataré sin apuros”, “te daré besos y caricias”, y las maduritas dicen “te trataré como mi pareja” o destacan su saber estar en cenas y eventos en vez de destacar su experiencia.
Las chicas dentro de sus virtudes empiezan a hablar más de sus virtudes como buenas conversadoras, grandes confidentes e incluso de su nivel educativo.
Algo muy positivo porque aunque la inmensa mayoría prestan el servicio por necesidad económica al menos cada vez prestan sus servicios a más hombres que las tratan de igual a igual y con respeto, algo positivo para su seguridad y autoestima.
A pesar del papel de la mujer cada vez más protagonista en la sociedad y de su independencia, la oferta de servicios de acompañamiento, masajes y relax sigue creciendo.
Y aunque muchos partidarios de la abolición de estos servicios indican que es “el mismo perro con distinto cascabel”, la tendencia es hacia un servicio más emocional que sexual, un servicio más enfocado al acompañamiento, un servicio donde el contacto físico no es lo más importante.