Cuánto más estudios se publican mayor es la certeza de que las mujeres no buscan grandes penes, como piensan muchos machos ibéricos y, en cambio, sí que buscan que un hombre les haga llegar realmente al orgasmo.
El principal problema del hombre a la hora de conseguir que su pareja llegue al orgasmo es la resistencia.
Ya sabemos que con cuatro cervezas a dos pavos cada una todos aguantan el coito 30 minutos a saco y sin condón, pero las encuestas realizadas a mujeres reflejan que se conformarían con 5 minutos y un minutito con una penetración muy fuerte.
Si te cuesta aguantar en la penetración sin llegar al orgasmo, tienes dos armas:
- La masturbación
- Sexo oral
En cuanto a la masturbación femenina, debes saber que la mayoría de mujeres funcionan diferente. También se ponen cachondas, son morbosas y tal, pero su cuerpo funciona más como un motor diésel.
Tú tienes que conseguir que el motor coja temperatura y velocidad.
Tienes que saber masturbar a tu pareja y, temo decirte, que existe una especie de tabú.
La mayoría de las chicas niegan que se masturben y algunas de ellas, por motivos culturales, religiosos u otros, en verdad no se masturban. Por tanto, ella no te va a dar mucha información, en otras palabras: debes buscarte la vida.
Para ello, debes realizar juegos previos con caricias y besos para ir excitándola. Luego, la clave, grábatelo con fuego: no la masturbes utilizando los dedos como sustitutos del pene y hacer penetraciones bruscas.
Debes acariciar el clítoris, debes centrar tu esfuerzo en este mágico órgano creado para recibir placer. La mayoría de mujeres tienen problemas para llegar al orgasmo con fuertes penetraciones, pero llegan fácilmente estimulándoles el clítoris.
Hay una leyenda urbana que dice que la masturbación la debe hacer uno mismo porque uno se conoce mejor que nadie y resulta más sencillo autoproporcionarse placer, pero nosotros lo negamos, no hay nada más sensual y excitante que el contacto físico con otra persona que te guste.
Recuerda que siempre debes masturbarla suavemente, de menos a más conforme ella se vaya excitando y centrándote en el clítoris.
Para dejar el motor a tope, pasamos entonces al sexo oral, debes meter tu boquita en el “tesorito”.
Al igual que a la hora de masturbarla con la mano, no debes utilizar la lengua como sustituto del pene, de hecho, puedes volverla más loca de placer estimulando la parte externa de la vagina. Recomendamos poner la almohada, un cojín o ropa para apoyar los glúteos de la chica, así llegarás más fácil al punto G.
Sigue nuestros consejos y tu chica llegará al orgasmo… y, créenos, luego ella te compensará.