Una vez el hombre y la mujer se liberan de los tabús, remordimientos de conciencia, opinión de terceros y demás, por qué no decirlo, tonterías, empiezan a preocuparse más por el placer propio y de la pareja, introduciendo el juego en el sexo.
Si de niños todo giraba alrededor del juego ¿Por qué renunciar a ello de mayores?
Los chavales cada día se preocupan más por el placer de la mujer (y al revés) y los juegos eróticos se han convertido en una herramienta fundamental, incluso en las relaciones con escorts y putas profesionales.
Desde tiempos inmemoriales se han utilizado las miradas o el baile para ir calentando el ambiente, pero ahora los chicos se preocupan más por formarse en los previos.
Durante mucho tiempo (a todos nos ha pasado) nada más ponernos calientes tirábamos a la penetración vaginal o anal dejando en muchas ocasiones a la chica a mitad de camino, es decir, sin correrse.
¡Por fin esto está cambiando!
Dentro de la fase de ir descubriendo el sexo como un juego, los kit de masajes y los geles son los reyes.
La clave está en despertar los sentidos y los geles y kit de masajes al margen de ser divertidos y acercar a la pareja, despiertan el tacto, el olor, la vista…
Por ejemplo, con los geles es ultra excitante que la chica ponga hacía abajo al chico y deslice sus pechos por el culo del chico o lo ponga hacia arriba y deslice los pechos rozando el pene. No sólo excita al chico, ¡la chica puede llegar al orgasmo!
Pero no sólo están de moda los juguetes eróticos dentro de una pareja. También están de moda para conseguir sexo en la primera noche.
De pequeños jugábamos al “beso, verdad o atrevimiento” ¿no? Pues de adultos hay que hacer reír y estimular a la persona que te gusta con el juego.
Por ejemplo, ¿por qué con 30 años no puedes jugar a juegos de “adolescentes”? Ahora es mucho más divertido.
Si estáis reunidos un grupo de amigos, corta trozos de sandía o chocolate, o utiliza un plátano o fresas y juega a que dos personas tengan que comérselo sosteniéndolo sólo con la boca.
Pasareis un buen rato y será mucho más sencillo pasar de las risas al sexo.
Por fin el juego empieza a introducirse en el sexo.
Como decía el maestro Bunbury “De pequeño me enseñaron a ser mayor, de mayor quiero aprender a ser pequeño”.
Sé un niño gamberro y divertido y sin darte cuenta disfrutarás más, le harás disfrutar más y a lo mejor hasta duras mucho más.